¡Hola! Sigo vivo y todo bien. Hale,
entremos en harina:
Me cago en el Jet Lag, he dormido 0h
0min 0seg, y mientras a la caza de mosquitos, que aunque no haya
malaria en Malang, después de más de 10 picaduras que te dejan los
brazos y tobillos del color del tomate frito, como que ya empiezan a
tener menos gracia los bichejos estos.
Y...no sé cómo, he acabado metido en
otro fregao de los grandes. Me invitaron a ver el carnaval que hace
cada año la facultad de medicina, en el que este año cada clase se
disfrazaba de una cultura diferente de Indonesia, pues me han puesto
casi al frente llevando el estandarte del Monumento Nacional de
Jakarta de la clase de 2º año. Pero lo más impactante es ver por
la calle a la gente que sonríe, que se ríe, y claro, a ti,
españolito getafense, te entra la risa floja durante todo el desfile
por la ciudad; y los niños (sobre todo aquellos que estaban más
cerca de zonas hacinadas) empiezan a gritar: “¡¡¡Buléh,
buléh!!!” Tras media hora, me da por preguntarles qué significa,
y me dicen que “extranjero”. Así que imagináos mi cara de
alegría, cuando todo el mundo te mira como un mono del zoo y te
empieza a sonreir. Y bueno, que ellos se sorprendan de ver un
extranjero, lo entiendo, pero es que la gente de la universidad, se
abalanzaba para hacerse fotos con los finlandeses y conmigo.
Flipante.
He probado el transporte público, y
aunque es cierto que no me esperaba que me recogiera un Rolls
Royce...me quedé con una cara de “¿pero esto qué eeeees?”
cuando en vez de venir un autobús, vino una especie de fregonetilla
más pequeña que el monovolumen de mi tío Gaspar, en las que tienes
que ir todo el tiempo medio agachado. No existen mapas de las rutas
que siguen estas latas de conserva con ruedas, ni ninguna parada
establecida, y si se te ocurre preguntar por cómo ir a un sitio al
conductor, éste le pregunta a los pasajeros de atrás que sabrán
más que él. Tan destartaladas que puedes ver el motor desde dentro.
Os dejo una foto ilustrativa:
Por cierto, los finlandeses son dos
muchachos de intercambio como yo que van a estar con nosotros este
mes. A uno de ellos, el que vive en mi casa, le llamaremos Kimi, que
es un chaval muy despierto, con recursos; y al otro, que es un
hiperactivo de mucho cuidado con el que te partes de risa, le
llamaremos Raikkonen en adelante.
Un abrazo y gracias por leerme.
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