domingo, 2 de junio de 2013

El desfile y la fregoneta


¡Hola! Sigo vivo y todo bien. Hale, entremos en harina:

Me cago en el Jet Lag, he dormido 0h 0min 0seg, y mientras a la caza de mosquitos, que aunque no haya malaria en Malang, después de más de 10 picaduras que te dejan los brazos y tobillos del color del tomate frito, como que ya empiezan a tener menos gracia los bichejos estos.

Y...no sé cómo, he acabado metido en otro fregao de los grandes. Me invitaron a ver el carnaval que hace cada año la facultad de medicina, en el que este año cada clase se disfrazaba de una cultura diferente de Indonesia, pues me han puesto casi al frente llevando el estandarte del Monumento Nacional de Jakarta de la clase de 2º año. Pero lo más impactante es ver por la calle a la gente que sonríe, que se ríe, y claro, a ti, españolito getafense, te entra la risa floja durante todo el desfile por la ciudad; y los niños (sobre todo aquellos que estaban más cerca de zonas hacinadas) empiezan a gritar: “¡¡¡Buléh, buléh!!!” Tras media hora, me da por preguntarles qué significa, y me dicen que “extranjero”. Así que imagináos mi cara de alegría, cuando todo el mundo te mira como un mono del zoo y te empieza a sonreir. Y bueno, que ellos se sorprendan de ver un extranjero, lo entiendo, pero es que la gente de la universidad, se abalanzaba para hacerse fotos con los finlandeses y conmigo. Flipante.


He probado el transporte público, y aunque es cierto que no me esperaba que me recogiera un Rolls Royce...me quedé con una cara de “¿pero esto qué eeeees?” cuando en vez de venir un autobús, vino una especie de fregonetilla más pequeña que el monovolumen de mi tío Gaspar, en las que tienes que ir todo el tiempo medio agachado. No existen mapas de las rutas que siguen estas latas de conserva con ruedas, ni ninguna parada establecida, y si se te ocurre preguntar por cómo ir a un sitio al conductor, éste le pregunta a los pasajeros de atrás que sabrán más que él. Tan destartaladas que puedes ver el motor desde dentro. Os dejo una foto ilustrativa:


Por cierto, los finlandeses son dos muchachos de intercambio como yo que van a estar con nosotros este mes. A uno de ellos, el que vive en mi casa, le llamaremos Kimi, que es un chaval muy despierto, con recursos; y al otro, que es un hiperactivo de mucho cuidado con el que te partes de risa, le llamaremos Raikkonen en adelante.

Un abrazo y gracias por leerme.

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