jueves, 11 de julio de 2013

Bali

Bali es una selva, y bastante más salvaje que la de Borneo. Está plagada de cazaturistas ofreciendo viajes y recuerdos con el fin de exprimir hasta la última rupia del bolsillo.

Pero es tan sumamente bella...

Vengo enamorado y asqueado de Bali a la vez. Solo he estado 3 días completos, y por la zona de Ubud. Recorrí los templos del noreste y noroeste, llegando hasta los volcanes y lagos Batur y Branan, pero sin llegar al cráter, solo vistas panorámicas desde el exterior.

Bali es una isla predominantemente hindú (aunque como en todas partes hay mezquitas brotando como las setas). Y posee un cultura totalmente diferente a Java. La gente es diferente con rasgos distintos. Además, se trata de una isla rica, con menor pobreza, en la que por ejemplo hay muchísima menos desnutrición y no hay malaria. Según una propia balinesa: "Si Bali se independizara, Indonesia se desplomaría" Sea una exageración o no, es cierto que es una pieza importante en la economía de Indonesia.

De tal forma, cámara en mano, es momento de atarse el "sarung" (una especie de pareo tradicional balinés que hay que llevar al entrar a los templos) a la cintura y procurando no pisarse los faldones perderse entre la belleza de Pura Kehen, en los acantilados saturados de turistas de Tanah Lot, en el elegante Pura junto al lago Bratan, o por mi favorito Pura Batukau, donde el templo está completamente integrado en el bosque y los pajarillos, como Hugo Chávez a Maduro, te guían por los caminos hacia templetes escondidos a las orillas del río en los que como además estás solo, puedes directamente formar parte de él.

Y entre los arrozales y la escultura que tanto me gusta, me enamoro de Bali. En vez de explicarlo, pongo fotos abajo.

Ahora bien...¡hablemos de regateo! Partiendo de que me considero un regateador no muy habilidoso tirando a torpe, considero que he ido mejorando según pasaban los días. Pero es que he tenido que regatear TODO: transporte, comida, agua, hasta la información. Si bien he llegado a conseguir algunas cosas por menos de un tercio del precio original, la media la coloco en la mitad del precio que inicialmente dicen. Y cansa bastante, tener que pelearte por unas pocas rupias cada vez que sacas la cartera, que en Bali son muchas veces. Y sí, son unas pocas rupias, pero multiplicado por tropecientas mil veces, se convierte en una cantidad considerable. Y esa sensación constante de agobio, de no poder mirar a nadie a la cara sin que se te lance al cuello con un panfleto, de no poder fiarte de nada ni de nadie. Esa es la parte mala de Bali.

La policía, todo el mundo me lo ha dicho aquí, corrupta como los políticos. Tanto es así que cuando alquilas el coche con conductor hay que pactar si los sobornos están incluidos o no. Nos pararon 3 veces, pidieron el carnet de conducir y el conductor, aunque lo tenía en regla, deslizó un billete de 10000 rupias en su mano. Al preguntarle por qué, me contesta el conductor: "Quieren el dinero, y por eso te paran para pedirte el carnet, si lo tienes pagas y te puedes ir, así de sencillo"

Pero son detalles que hay que asumir en esta isla. Porque Bali es espectacular, por sus espectáculos de danza, sus magníficos artistas, sus templos, sus paisajes y su gente fuera de los núcleos urbanos.

















sábado, 6 de julio de 2013

Dragones y más potas

Un pie...el otro...y ¡plof! Por fin duermo en tierra firme.

Tras muy a mi pesar, despedirme de Kimi y continuar el viaje solo, estos 4 días los he pasado en un barco desde Lombok a Flores haciendo snorkel para ver el coral de unas cuantas islas y parando en el Parque Nacional de Komodo.

Íbamos en el barquichuelo 8 británicos, 2 belgas, una pareja de biólogos austriacos, 4 miembros de la tripulación, un pollo y yo. No os encariñéis con el pollo porque nos lo cenamos al tercer día.

Era mi primera vez con el snorkel, pero el resto de gente decía que lo que veíamos era bastante bueno comparado con otros lugares. Por mi parte puedo decir que ver los pececillos de tantos colores, y tantísimas formas y figuras hacía que se me pasaran las horas volando.

Yo, que me había preparado motivándome con todas las canciones de piratas que tenía, que me imaginaba en la proa con una mano como visera y la otra en jarra como buen lobo de mar, resultó que ya desde el primer día todo aquello que no fuera estar tirado en cubierta en posición horizontal (remembering Fati) me producía mareo. Por lo que medio día después, empecé a tomarme la biodramina, ¡y menos mal! Porque esa noche tuvimos un oleaje impresionante. El guía nos dijo que no podíamos avanzar como estaba previsto y que había que cambiar el itinerario, por lo que en vez de ver los dragones en Rinca y Komodo, solo los veríamos en Rinca. El biólogo insistió al guía que no era seguro continuar la navegación esa noche, pero el otro dijo que sí.

La escena era todo un poema, todos los hijos de la Gran Bretaña potando por la borda. El guía daba masajes a la gente en la nuca con una especie de mentol, que parece ser que calmaba. Yo no sé si calmaba o no, porque como afortunadamente no vomité por la bendita biodramina, me levanté lo justo para ir al baño y acostarme mientras escuchaba la orquesta de vómitos incesantes. Por lo que me limité a agarrarme fuerte a la pared para no salir disparado hacia la otra punta del barco en medio de una noche, en la que como comprenderéis, fue complicado dormir.

A la mañana siguiente el biólogo, que parece ser que sí sabía de navegación, me dijo que ha visto hundirse barcos con menos oleaje en el Mar Rojo. Así que, sea por la experiencia o la potra de nuestro kamikaze capitán, no nos hundimos.

Y en el cuarto día, llegamos a Rinca, isla del Parque Nacional de Komodo, donde a la entrada tienen una lista de todas las víctimas humanas (que a decir verdad, no eran muchas). Hicimos la ruta larga, pero solo vimos un "drágon" de Komodo correteando, luego vimos otros cuatro, pero estos espanzurrados cerca de las cocinas atraídos por el olor. Son realmente grandes e impresionan bastante. El ranger que te guía lleva un palo como única defensa, pero se ve que los dragones tienen traumas infantiles con los palos porque no osaban acercarse a ellos.

Tras acabar el viaje en Labuan Bajo (Isla de Flores), aunque ese día podíamos dormir en la barco, la gente fue a buscar hotel, porque para qué negarlo, es mucho más cómodo. En el barco nos quedamos solo los biólogos y yo. Antes de la cena todos juntos aproveché para buscar un buen sitio para ver la puesta de sol.

Y a la mañana siguiente, visita de unas cuevas, y vuelo con 2 horas de retraso a Bali. Pero al fin y al cabo, sanos y de una pieza.

Comentarios:
1. El día del oleaje, con el movimiento del barco, me pegué tales tortazos que aún hoy me duele el brazo al elevarlo por encima de la cabeza.
2. Es genial esto de que gente espontánea con moto por muy poco dinero te lleve a cualquier sitio. Ojek lo llaman aquí.
3. No me fijé si el sonido de potar es diferente en los distintos idiomas.
4. Como en el barco nuestra única higiene era el agua del mar, la sensación de ducharme y afeitarme por primera vez en 5 días al llegar a Bali ha sido indescriptible.
5. Esas playas de aguas turquesa y cristalinas del National Geographic...existen, y se pueden ver en Indonesia.
6. Los controles de seguridad de los aeropuertos son relativos, me han dejado pasar una botella de litro y medio de agua entera.
7. Juraría que acabo de escuchar a un indonesio gritar: ¡¡¡AMPARO!!!

¡Un abrazo y gracias por leer!




















domingo, 30 de junio de 2013

Etapa 1: LOMBOK

¡Hola!

Bien, he comenzado el viaje. Finalmente he vuelto a cambiar el itinerario, ¿por qué? Porque los aviones aquí tienen tales retrasos que básicamente se rieron en mi cara cuando les dije el plan que tenía preparado. Además, salvo la nacional Garuda Indonesia, todas las demás aerolineas están en la lista negra de la Unión Europea.

De tal forma, tras echar toda la tarde en el aeropuerto, y con unas 3 horas de retraso, Kimi y yo llegamos a Kuta Lombok.

Este pueblecillo vive de la pesca y del surf, pero nosotros hemos venido aquí a por las playas, ¡y qué playas! Por ejemplo, la encantadora Tanjung An, con arena blanca y el mar de un azul simplemente increíble.

Como ya viene siendo habitual, nos calzamos las playeras y montaña arriba a buscar vistas panorámicas. Ayer recorrimos el este, hoy las playas del oeste de Kuta, y aunque hemos acabado pa chopped, las vistas han merecido la pena.

Ayer encontramos una pequeña cala escondida, sin nadie, entre acantilados, con unas olas enormes, en la que fue un placer bañarse y terminar con arena hasta en el seno esfenoidal.

Además, hoy en la playa, una chica ha empezado a hablar con nosotros y con un muy buen inglés nos ha dicho que estudiaba en la Universidad de Mataram y tras una agradable conversación nos hemos despedido e intercambiado cuentas de Facebook.

Mañana nos vamos a Senggigi, donde me separo de Kimi, que se va a las islas Gili y Singapur, y yo tomo un barco que me llevará, parando en varias islas, al el Parque Nacional de Komodo.

Comentarios:
1. La mayor parte de la gente que te encuentras por la calle te saluda y un amplísimo porcentaje de ellos, especialmente niños, te grita a pleno pulmón: GOOD MORNING MISTER!!!!
2. Nunca he vivido un sol tan dramático como este. Me echo toneladas de protector solar del 50 cada poco tiempo pero estoy completamente achicharrado.
3. Sí, una playa es una playa, en Valencia y en la China, pero hay que reconocer que mi querida Gandía no tiene el encanto que tiene esto.
4. En el bungalow en frente de nosotros hay un chaval, con un mostacho impresionante, y aunque parece australiano, yo le llamo Sir William, porque cuando te saluda con ese bigote pone una cara digna de cualquier Lord inglés. Mu majete.
5. Lombok me está sorprendiendo muy gratamente.
6. Ha sido movernos un par de islas solo, pero aquí la gente habla otro idioma y tiene la piel mucho más oscura que en Java.
7. Perdón por no poner más fotos, es que me he venido al viaje sin el ordenador por lo que solo puedo subir las fotos que hago con el teléfono.

Un abrazo y gracias por leerlo








martes, 25 de junio de 2013

La playa y la tortilla infame


¡Hola! 

Lamento no haber escrito antes, pero entre las cosas que hay que hacer por aquí y preparar el viaje, estoy con las horas al cuello.

Candi Badut
En estos días ha tocado visitar templillos (“Candi” en Bahasa Indonesia, sí, como el “Charlieeee, Candy Mountain”) Badut, Sumberawan y Singosari en los alrededores de Malang, que aunque no estén muy lejos (unos 20km) con el transporte aquí tardamos unas 2 horas en llegar. Son templos pequeñitos, que aunque no espectaculares, son agradables de visitar. Y por ejemplo, Candi Badut, es el más antiguo de Java Oriental.


Iglesia de Malang
El sábado, Kimi y yo fuimo a la Plantación de Té de Wonosari, es la primera plantación que veo, por lo que me asombró bastante ver tal extensión. Estábamos solos, sin ruido de motocicletas y solo un par de trabajadores desperdigados. Por supuesto, y como no podría ser de otra manera, nos subimos a una colina para tomar fotos. Al bajar perdimos el camino y acabamos de agua y telarañas hasta las cejas. Para volver, nos tocaron por conductores de fregonta unos adolescentes que si ya de por sí conducían como psicópatas, tras ciertas palabras hormonadas que les soltó una pasajera joven empezaron a salirse de la carretera para ir más rápido, adelantando por los caminos de piedras y barro en plena autopista y así sucesivamente. Paberse matao.
Plantación de té de Wonosari

El domingo fuimos a una playa al sur de Malang con todos los indonesios. Tras 3 horas con 4 personas en el asiento de atrás, con carreteras que parecían el ascenso a la cueva de Ella-Laraña y que casi nos comemos varias motos y un camión, llegamos a una bonita playa. Sí, vale, es una playa, como las de Madrid, pero esta tenía vegetación y palmeras por todas partes. Hicimos una barbacoa, nos bañamos con las corrientes del río y saltamos las olas. Realmente fue una pasada.


Y ayer...fuimos nosotros los que cocinamos. Conseguimos los ingredientes como pudimos y allí estábamos: dos finlandeses, dos holandeses y uno de Getafe, cortando patatas y cociendo zanahorias. Por mi parte diré que la tortilla de patatas que me salió, aunque de sabor estaba rica, era una puta mierda. ¡Pero qué queréis! ¡Tuve que hacer tortilla de patatas en una SARTÉN DE WOK! ¡Eso no cogía forma de ninguna manera! Raiko hizo macarrones, los holandeses un puré raro, y Kimi albóndigas en salsa, con lo que ganó el concurso, y bien merecido. 


Pero os puedo decir que fue genial verles probando cada cosa, por una vez éramos nosotros los que podíamos darles algo a ellos. Y no sé si les gustó, pero en cuanto giré la cabeza las 3 tortillas y la ensalada habían desaparecido completamente.

Y para acabar, tras muchas horas de sueño empleadas...¡POR FIN HE DECIDIDO EL VIAJE QUE VOY A HACER! El itinerario es el siguiente:
Malang- Isla de Lombok - Islas Komodo - Isla de Flores- Kalimantán (Borneo) – Jogjakarta

Los puntos fuertes en teoría van a ser: Ver los dragones de Komodo, las playas paradisíacas de Lombok, ver orangutanes, demás fauna y trekking en Borneo (¡sí! Esa isla que aparecía en los libros de Biología) y los templos de Borobudur y Prambanan en Jogja.

Comentarios:
  1. La manera de mostrar respeto de los niños hacia personas más mayores para mostrar respeto es acercarse tu mano a su mejilla. Parece una tontería pero me parece un gesto precioso.
  2. Nos hemos hecho unos maestros de las palabras soeces en bahasa indonesia.
  3. Mi favorita es “caca”, que se dice: TAEK!!!
  4. Lo bonito de estar con gente musulmana e hindú es que te pueden hablar sobre sus religiones directamente desde su experiencia personal.
  5. Las patologías pueden ser más o menos interesantes, pero mucho más es ver cómo es la relación médico-paciente, cómo afronta la gente la enfermedad aquí, cuándo y cómo van al médico, y el ambiente social en el que todo está circunscrito.
  6. He intentado comprarme pantalones de secado rápido, de los adecuados para la jungla y bla-bla-bla por todas partes pero no tienen mi talla. Así que, llamadme cafre y paleto pero me voy en vaqueros a Borneo.

Un abrazo y gracias por leer.
Tugu (Malang)

miércoles, 19 de junio de 2013

Bromo


De manera excepcional, y sin que sirva de precedente, este post no va a ser escueto y directo.

Sábado, 15 de Junio de 2013, tras visitar parte de Malang, nos volvemos a vestir de Batik porque tenemos el honor de ser invitados a otra boda. En este caso, LA BODA MILLONARIA, un macro bodorrio que me río yo de la boda de la del príncipe y Leti, y sobre todo, mucha gente vestida con traje javanés que es sencillamente precioso.

Tras ello, preparamos las mochilas y a las 23h nos vamos a la facultad, para a la 1 a.m. partir en Jeep hacia el Bromo.

Subir al monte Bromo es toda una experiencia en sí misma. Comienza con los caminos semiasfaltados y llenos de baches, continuando por atravesar un gigantesco cráter rodeado de niebla que se da un aire realmente lunar, ascender hasta cierto punto rodeado de otros Jeeps y caballos, y finalmente caminar por la montaña hasta llegar al lugar escogido para ver amanecer. Pero como había mucha gente, Kimi y yo nos enfundamos la linterna y empezamos a trepar por el “camino/barrizal” hacia un punto un poco más elevado y desde el que podemos disfrutar sin ningún tipo de aglomeración.

El amanecer allí es precioso. Un paisaje escarpado, cubierto de niebla que se disipa poco a poco, con los volcanes Bromo y Semeru, ambos activos, al fondo, expulsando humo constantemente. Según avanza la luz y quemas el botón de la cámara de tantas fotos del paisaje y de los amigos indonesios que se nos unieron posteriormente, giras la cabeza y descubres que la niebla se ha ido y que ahora se puede ver el valle en todo su esplendor.

Tras quedar a gusto y satisfechos, descendemos y avanzando en Jeep a través del desolado paisaje cubierto deceniza, visitamos el cráter del volcán Bromo, imponente, humeante, y peligrosamente bello. Y...decidme, ¿hay alguna manera mejor de esperar a la gente que ha ido en segunda tanda a visitar el cráter que jugar juntos finlandeses, indonesios y el españolito a diferentes juegos descalzos sobre la ceniza y arena? Los gritos y las risas no tienen precio. Por ejemplo, los finlandeses tienen fama de tímidos y de huir constantemente de la mirada en la parada del autobús, por lo que nos colocamos todos en círculo y miramos a los pies de alguien aleatorio. Al dar una señal, todos miramos a la cara de la persona a la que estábamos mirando los pies, y si coincide que esa persona estaba mirando tus pies y se cruzan vuestras miradas, tenéis que gritar lo más fuerte que podáis de lo asustados y traumatizados que estáis, y perdéis y salís del círculo, y el resto continúa hasta que quedan dos, los ganadores. Creedme, es divertidísimo.





Entonces el Jeep nos lleva a lo que aquí llaman las “arenas susurrantes” debido a que se trata de una explanada en la que cuando pasa la brisa, se escucha un murmullo. Yo no lo escuché, la verdad, pero me subí con Raiko al techo del Jeep y fuimos hasta el siguiente punto montados ahí encima. Es una experiencia por un lado dolorosa porque te deja los ísquion polifracturados, pero por otro brutal, sintiendo el viento de frente mientras te rodean las montañas.


Y llegamos a la “Sabana”, más conocida como la colina de los Teletubbies. Nos dicen que no nos alejemos mucho, que volvamos en 10 minutos, pues hale, pocos segundos más tarde Kimi y yo estábamos corriendo como locos subiendo y bajando las colinas y tomando fotos de campeonato. 



Por último, visitamos la cascada Air Terjun Coban Pelangi, a la que se accede tras un par de kilómetros por un camino a través del bosque. No es la cascada más grande de este mundo, ni la más espectacular, pero ha sido una de las mejores experiencias de toda mi vida. Normalmente en otros países, hay barandillas y gente del parque que vigila que la gente no se mate en las cascadas. Bueno, pues no en Indonesia, aquí consideran que ya eres mayorcito para saber lo que haces, por lo que ponen un cartel cochambroso de que andes con cuidado y a pastar. Dejamos las mochilas en una cueva cercana, nos descalzamos, entramos en el río y remontamos el caudal hasta volver a alzarnos sobre las resbaladizas rocas. Sí, las rocas duelen en los pies, y te tienes que andar con mucho cuidado, pero la sensación de sentir todas y cada una de las texturas en los pies desnudos es indescriptible. Consideramos que unos 10 metros es una distancia insanamente aceptable para acercarse a la cascada, justo en la orilla del lago en el que caía. La sensación de libertad es infinita. De pie, con los brazos abiertos, y un viento cargado de agua contra el que es difícil mantenerse en pie. Lo más impactante es sentir la fuerza del agua contra ti. Completamente empapado, descalzo, rodeado de un bosque idílico y con una cascada enorme cayendo a escasos metros, es una experiencia mística.

Y tras ello, vuelves sobre tus pasos, ayudas a la gente a bajar las piedras altas, y caminamos todos juntos hasta encontrar un baño en el que cambiarnos toda la ropa y calzarnos. Y por el camino, una personita me pidió hacerme una foto con él:

Agotados, volvemos a Malang, y nos obsequiamos una cena tranquila, relajada, y con buena conversación.

Comentarios:
  1. Aunque sigo achicharrado, creo que me voy acostumbrando al calor y humedad.
  2. Cuando acabe la rotación, mi primer destino de viaje va a ser la Isla de Lombok. ¿Y sabéis lo mejor? ¡Que no voy solo! Voy con Kimi
  3. El resto del viaje aún es incierto.
  4. Ya son varios los médicos que tras decirles mi edad me han preguntado si me he casado ya.
  5. Alguien se nos ha adelantado con lo del trayecto de los angkots, adiós al Nobel.
  6. Me he quemado el cogote y la cara en el Bromo por el sol, ahora sí que soy un buleh de libro.
  7. La comida picante está haciendo estragos
  8. Fuimos a otro sitio de masaje, y esta vez sí ha sido genial y nadie ha manoseado mis gónadas.
  9. Siento que estoy haciendo el “Camino hacia la diabetes”: TODO aquí, todo, está frito, saturado de azúcar o ambas cosas a la vez.
  10. Estoy empezando a ver cosas realmente impactantes en el hospital.
  11. Los/las dependientes en las tiendas de ropa son más pesados que matar a un cerdo a besos, se te pegan al lado mientras estás viendo por si quieres preguntarles algo, pero es que te persiguen a 1 metro allá a donde vayas, ¡qué cansinos! ¡dejadme espacio coñaaaa!
  12. Ya sé insultar en indonesio y en finlandés
  13. Qué divertido es verles intentando pronunciar la “j” o la “rr”

    ¡Un abrazo y gracias por leer el blog!


martes, 11 de junio de 2013

Turbio, turbio, turbio.


¡Hola!

Por fin ya he entrado en la dinámica del hospital, ahora es una gozada ir de sitio en sitio. Ya estoy ubicado y es lo que debo aprovechar. Realmente es muy interesante, por ejemplo, hoy ha sido un día en el que he visto cómo manejan la tuberculosis infantil y las medidas de educación y prevención que emplean.

El fin de semana fuimos a Batu, una ciudad próxima a Malang que se basa en un complejo turístico para indonesios. Hay un zoo, en el que te encuentras estampas como la siguiente: al acercarnos al lugar de observación del elefante asiático, nos apoyamos en la barra, y de repente, a mi lado, un niño que miraba fijamente al elefante se gira y...mandando a pastar al elefante se queda embobado mirándonos, se ve que considera más exótico ver a tres “bulehs” que a un elefante.
Batu en sí no tiene nada interesante.

Quiero hablarlos del tráfico. Es un puto peligro, un caos. Especialmente por las motos, que son una plaga y se meten por todos los rincones milimétricos que encuentren. Lo de los carriles es algo relativo, los semáforos forman parte del decorado, los arcenes y aceras no son más que las extensiones naturales de la calzada y adelantar mientras otros coches vienen en sentido contrario es habitual.

Y sí, todo es jijí y jajá con el tráfico hasta que, yendo en una fragonetilla, encuentro un corro de gente en la calle rodeando a dos personas tumbadas en el suelo con dos motos en las proximidades, una se mueve, y la otra no, y tumbada boca arriba tiene un charco de sangre en torno a la cabeza. La gente de la fragonetilla se escandaliza y grita, pero es que en esta ciudad (y eso que aquí el tráfico no es ni la mitad de peligroso que en ciudades más grandes como Surabaya o Jakarta) llega a urgencias cada hora un politrauma de los gordos. Sí, cada hora, o menos.



Hoy, Kimi, Raiko, un holandés que está de intercambio en la facultad y yo hemos ido a tomar nuestro primer masaje en Indonesia al sitio de Malang que recomienda la guía Lonely Planet, por ser un lugar con unos masajistas ciegos muy cualificados. Pues creo que he tenido mala suerte. Me explico: el sitio era pequeño, tétrico y oscuro. Hasta ahí vale. Ha llegado el masajista: un señor de unos 40 años, delgaducho con los ojos vidriosos que me invita a pasar. Tras el masaje, que ni ha sido una maravilla ni he podido disfrutar, me dice: “it is finished” (que el masaje se ha acabado, vaya), me da un abrazo, le doy las gracias. Bueno, hasta ahí también vale, es una manera de despedirse como otra cualquiera. Pero entonces, directamente, me da unas palmaditas en los genitales, un beso en la mejilla y se marcha. Realmente no lo he sentido como un acoso, sino como que el hombre estaba intentando ser amable, pero me he quedado a cuadros y sinceramente, me ha resultado muy inapropiado, por decirlo de alguna manera. Y claro, tú, españolito getafense, que no te han dado un masaje en tu vida antes, te callas porque te crees que a lo mejor es que así se despiden los masajistas en Indonesia y porque, para qué negarlo, te has quedado más helado que los lagos de los finlandeses. Por supuesto, al preguntar a la salida a Kimi, Raiko y Van Nistelrooy si se habían despedido de alguno dándole una palmadita en los genitales y al contarles la historia, casi mueren por asfixia de tanto reirse.

Justo después hemos ido a tomar el tan aclamado café de Java, el Luwak, en cuyo procesado se incluye el que una gineta o civeta ingiere los granos, los digiere, y son recogidos de sus heces para hacer el café. Yo no sé distinguir un café bueno de uno malo, pero este estaba riquísimo.
Y claro, toda la tarde con el cachondeíto de “tocando los cojones”

Comentarios:

  1. Creo que nos han invitado a otra boda
  2. Están a punto de crear el Nobel de Geografía para dárnoslo a Kimi y a mi con el cartografiado de las fragonetillas de Malang. Lo publicaremos en el New England Journal of Geography.
  3. Kimi y yo certificamos que en una fragonetilla caben 14 adultos y dos niños.
  4. Tengo memoria pez para las caras, así que yo sonrío a todo el mundo le conozca o no y así me curo en salud.
  5. Me siento raro cuando se dirigen a mi como Mister Torres.
  6. He probado el “zumo de capuccino”...¡delicioso!
  7. ¡Mira, una jirafa! (en el zoo de Batu)



Un abrazo y gracias por leerme

sábado, 8 de junio de 2013

La boda y el cumpleaños

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Nos han invitado a una boda javanesa-musulmana. Sí, ¡A UNA BODA! De una amiga de la hermana de una de nuestras amigas de aquí. Y por supuesto, nos hemos ido a comprar ropa para ir de manera adecuada a la situación, es decir, BATIK. Se trata de una prenda de seda u otro material que solo puede definirse con un término: HORTERA. A la foto me remito:


La experiencia ha sido bestial: primero saludabas a los familiares mientras paseabas por una alfombra roja, y al subir a un altillo, saludabas al matrimonio. Tras lo cual, bajas, te sirves lo que quieras de las toneladas de comidas de diferentes tipos que había y te lo comes mientras hablas con otra gente. Por cierto, ni gota de alcohol. Debo decir que la comida era deliciosa. Pero lo más impresionante era todo el ambiente y la decoración: miles de flores, estampados, los novios vestidos con prendas violetas y numerosos brillantes, y la pared de recepción...es mejor que la veáis:




Y sí, ayer fue mi cumple aquí, y aunque el mejor regalo lo recibí en el hospital, por la noche fuimos todos a cenar. Y cuál será mi sorpresa cuando veo aparecer a una chica indonesia y a Raiko trayéndome cada uno una tarta. ¡No me digáis que no son un puntazo!


Pero lo mejor es que tuvimos una velada divertidísima. Son de estas cenas que no sabes muy buen cómo, pero que resultan ser geniales. Si bien es cierto que estoy super contento porque creo que entre los finlandeses y yo hay muy buen ambiente y colegueo, cuando ya nos juntamos con los indonesios es que no hay manera de parar con las risas. Después fuimos a un karaoke (que fue la primera vez para Kimi y Raiko que iban a uno) donde desde Lady Gaga, a Bon Jovi y Green Day hasta canciones en indonesio con las que hemos conseguido que la meteorología diga que va a llover de aquí a que acabe el mes todos los días (no estoy de coña, realmente la previsión anuncia lluvias todos los días). Habitualmente en Indonesia, la costumbre es hacerse alguna “perrería” y luego dar la tarta. Conmigo han sido buenos y solo me han puesto un poco de nata por la cara.



El clima: calor insoportable y humedad terrible, por lo que según te pones una prenda de ropa, dura limpia escasos 10 minutos. Además, aunque se supone que he venido en la estación “seca”, el tiempo con el que llevamos ya varios días y que me espera hasta que regrese a Madrid es todos los días, sol espléndido hasta las 12-16h y luego repentinas lluvias torrenciales y tormenta.


Comentarios:
  1. El calor y los horarios de aquí hacen que te levantes a las 6 am con ganas de comerte el mundo pero a las 16h ya estés amodorrado con ganas de acostarte.
  2. Realmente me es difícil entender muchas de las costumbres aquí, especialmente algunas relacionadas con religión, cultura y sociedad. Por lo que, desde luego, se está convirtiendo en un gran ejercicio de tolerancia.
  3. Llevo una semana sin migrañas, estoy que no me lo creo.
  4. Hoy he salido a la lluvia, y realmente era como estar en la ducha con el agua a tope.
  5. Constantemente tienes la sensación de estar observado y de que 50000 ojos están sobre ti. Simplemente te acostumbras.
  6. Nos están tratando como reyes.
  7. Aunque parece que fue ayer, llevo una semana en Indonesia.


    Un abrazo y gracias por leerme